Pensar en casarte, en vuestra boda, solo puede hacerse de un modo: con ilusión.
Primero es el hecho de ser consciente de que existe un alguien que te ama tanto que desea ser tu compañer@ de vida y que tú sientes lo mismo. Eso ya da para celebrar.
Después es que decidáis si esa confirmación de vuestro compromiso la queréis hacer de un modo u otro, porque para bodas, los colores!!!. Cada pareja es un mundo y cada una entiende la boda a su modo.
Y aquí podríamos hacer el post más largo de todos los tiempos…pero lo que realmente importa de una boda es que la ceremonia os llegue al corazón, que sea tal como sois vosotros, que la vivais emocionados y sea un recuerdo para toda la vida.
Montar una fiesta, gastar el presupuesto que queráis en decoración, detalles y alegría es lo fácil ( aunque lleve tiempo y energía) pero de lo que tantas bodas carecen es de una ceremonia preciosa , con alma, que realmente sea el inicio del dia más emocionante de vuestra vida (y que vuestros invitados la vivan así también).
Así que NO dejéis el contenido de la ceremonia para lo último, no creáis que cualquiera puede oficiar de manera amena, entrañable y dinámica, porque todos hemos ido a bodas de esas de … «vámonos fuera hasta que acabe este tostón».
La ceremonia es protocolo al que sacar mucho partido por ejemplo con entradas de novios y cortejo que dejen boquiabierto, es banda sonora, textos personalizados, anécdotas que hagan sonreír a novios e invitados, dinamismo para que os levantéis, sentéis, abracéis, es decir una vivencia completa aunque pueda ser de corte clásico.
Por eso debéis informaros sobre quién oficiará vuestra ceremonia, sea religiosa o laica, simbólica u oficial, debéis aportar vuestras ideas o si estéis un poco perdidos dejaos asesorar por profesionales.
Después de todo lo que deseáis es disfrutar del inolvidable, “Sí Quiero”.