Cómo crear una ceremonia que hable de vosotros (y que no sea un protocolo)

Cuando pensáis en vuestra boda, ¿qué es lo que más os ilusiona? Para muchas parejas, el momento más esperado no es el banquete, ni la música, ni el vestido. Es la ceremonia.

Ese instante donde os miráis, os decís lo que sentís y compartís con quienes más queréis una historia que es solo vuestra.

Sin embargo, en muchos casos, la ceremonia acaba pareciendo un trámite, llena de frases genéricas, silencios incómodos o rituales que no tienen nada que ver con vosotros. Y no tiene por qué ser así.

Después de más de 15 años escribiendo y celebrando ceremonias simbólicas, puedo deciros que crear una ceremonia personalizada no solo es posible, es transformador. Hoy quiero contaros cómo hacerlo desde el corazón y con libertad.

1. Olvida el guion tradicional (y comenzad por vuestra historia)

No hay reglas fijas. Una ceremonia simbólica no necesita frases impostadas ni estructuras rígidas. Lo que necesita es una historia verdadera, cargada de sentimientos reales.

Yo siempre empiezo escuchándoos. Quiero saber cómo os conocisteis, qué os hace reír, qué habéis superado juntos, cómo os miráis cuando habláis del otro. De ahí nace el guion: no desde el protocolo, sino desde como sois en el día a día, y  lo que sentís al compartirlo juntos.

Tomad tiempo para contar vuestra historia, este paso es el más importante de cara a vuestra celebración, contad con mi experiencia para oficiar vuestra ceremonia. Cuanto más sincera sea esa conversación, más auténtico será el resultado.

Si sois más discretos, me podéis escribir por separado -desde la tranquilidad de casa o desde unas vacaciones- qué significa el otro en vuestra vida, cuáles son sus valores, qué admiráis en él/ella, momentos de vuestra historia, etc. Muchas parejas me dicen, a posteriori, que disfrutaron mucho dándose ese espacio para valorar, acariciar esa conciencia de su amor por el otro, en medio de todo el lío de organizar la boda.

2. Elegid el tono que queréis transmitir

¿Queréis que vuestra ceremonia sea íntima y emotiva? ¿Divertida? ¿Espiritual? ¿Una mezcla? Todo es válido si es algo propio de vosotros. Nunca recomiendo lecturas, rituales o actitudes que no os resuenen.

Hay ceremonias donde reímos con anécdotas inesperadas, otras donde lloramos todos con votos improvisados, incluso he celebrado bodas rockeras, celtas, con cacao, con fuego, con poesía, en tres idiomas, etcétera. Todas tenían sentido porque eran coherentes con quienes las protagonizaban, y porque les dediqué tiempo para que fuesen armónicas con el entorno, los horarios, los invitados, y lo que la pareja deseaba trasmitir.

No os guieis por lo que se espera de una boda. Guiaros por lo que vosotros esperáis de ese momento. Si aún no os sentís seguros con lo que queréis, recibid mi asesoría y os ayudaré a encontrar vuestro estilo.

3. Pensad en los rituales como herramientas, no como adornos

Los rituales no están para rellenar minutos ni para hacer bonito (aunque siempre recomiendo añadir los que realmente os gusten también por las imágenes que tendréis después, no solo de dos enamorados de pie o sentados, sino haciendo movimientos, siendo parte). Están para dar forma simbólica a lo que queréis decir.

Un lazo celta, una ceremonia de arena, un brindis con cacao ceremonial, una caminata descalzos, cada gesto tiene valor si lo elegís con sentido. Y es ahí donde os acompaño: para encontrar juntos el lenguaje que mejor hable de vuestro amor.

Escoged uno o dos rituales como máximo. Menos es más cuando hay intención.

4. Aseguraos de que os sentís cómodos con quien os guiará

La persona que oficie vuestra ceremonia tiene un papel fundamental: no solo pone voz, pone alma.

Necesitáis a alguien que sepa escucharos, que entienda vuestro ritmo, que no improvise un discurso genérico. Alguien que os acompañe en el proceso y haga que os sintáis tranquilos, representados y conectados.

Buscad a alguien con quien sintáis afinidad personal, no solo profesional. Vais a compartir emociones profundas. Os invito a conocerme, me adapto con facilidad a vuestras ideas y consigo transmitir emociones a partir de vuestra historia. Pero también investigo, estudio, leo, me nutro de otras experiencias y vivencias para conseguirlo.

5. Dad espacio para que la emoción suceda

Una ceremonia personalizada no es un espectáculo, es una vivencia. Por eso, al diseñarla juntos, siempre propongo dejar márgenes para que la emoción aparezca sin forzarla:

  • Dejar pausas para respirar.
  • Incluir música que os toque.
  • Elegir palabras que suenen como habláis en la vida real.
  • Permitir que haya improvisación si nace del momento.

6. Personalizar no es complicar, es conectar

Mucha gente piensa que crear una ceremonia desde cero es complejo. Yo os aseguro que cuando se hace con cariño, respeto y una buena guía, es una de las partes más bonitas del proceso.

Diseñar una ceremonia a vuestra medida no es añadir más tareas a la lista. Es dar sentido a todo lo demás.

Una ceremonia escrita desde el alma

Crear una ceremonia que os represente es un viaje. Y yo estaré encantada de recorrerlo con vosotros. Os escucharé, os acompañaré y escribiré cada línea pensando en lo que sois, no en lo que se espera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *